Gratitud


Siempre había escuchado que el universo está deseoso de ayudarte a que logres materializar en tu vida tus anhelos del corazón. Evidentemente hay que tener en cuenta que hay una fuerza mayor natural que va a su ritmo, no el mio pero que a pesar de eso si me alineo en cuerpo, mente y corazón el alcanzar mis anhelos es posible.


Con esta idea durante muchos años estuve buscando ser mamá, quedarme embarazada, que la semilla fecundada del amor entre mi compañero y yo creciera en mi vientre era mi mayor anhelo. Me costó mucho “entender” el por que yo no podía alcanzar este anhelo, el mayor de todos, por que no funcionaba conmigo. Había una cosa que sí parecía estar muy clara, el mensaje del universo me gritaba NO.


He transitado un recorrido largo, con diferentes fases y momentos. Muchos años de camino hacia mi interior para intentar saber el “por qué” yo no.


Me he sentido mal, infértil, una mujer “sin sentido”. En esta sociedad parece que si no sos madre “física” te falta algo, estás incompleta y parece que nunca vas a poder ser una Mujer de verdad sino eres “madre”. Lo veo constantemente, muchas mujeres se presentan al mundo como “madres” antes que como “mujeres”.


Las presión social no me ayudo, ni muchas mujeres cercanas y queridas que son madres y me decían que lo siga intentando por que ser madre era lo mejor de lo mejor. Años sintiendo que no podría “tener” mi familia, porque parece que si no hay niños no hay familia. Sentir durante mucho tiempo que había algo, que no sabía que era pero había algo que yo no estaba haciendo bien, mucho tiempo buceando entre mis ancestras intentando comprender.


Y llegó la aceptación, la llave a la libertad. Es curioso ver y sentir como cuando “acepte” mi “infertilidad física” (por decirlo de alguna manera) pude comprobar lo altamente Fértil que soy en el resto de todos los aspectos.


Y finalmente el camino me mostró que no había nada que estaba haciendo mal y entendí que mi hogar sería siempre donde yo estuviera, supe al mirar a los ojos de mi compañero y ver que mi familia estaba allí en ese reflejo y sentí muy profundo que no había nada que me faltaba, que yo ya estaba completa y que no soy una mujer “infértil” por no poder gestar en mi vientre a un bebé.


Cuando esto sucedió pude ver como el camino ante mí se abrió, completamente, de par en par y de repente este camino hermoso y lleno de luz me invitaba a ser, a crear, a vivir plenamente y a disfrutar cada momento, a disfrutar de las risas de todos los niños, no de uno solo y a abrirme al amor verdadero con todos no solo con “mis hijos”. En algún punto hasta parecía una prueba aún mayor y más difícil: amar con todo sin importar a quién y empezando por amarme a mi misma. Dar, ser, confiar, aceptar y fluir.


Y entonces se hizo lo magia, me dejé llevar, fluí y fue recién ahí cuando comencé a parir todos esos “hijos” energéticos en forma de anhelos del corazón y ser testigo de cómo se materializaba cada uno de ellos. Como aún sigue materializando cada uno de ellos.


Comprendí que a veces no hay nada que comprender.


Hoy estoy tranquila, miro hacia atrás y compruebo que mi camino es el resultado de diferentes anhelos que hoy son realidad. Se que cada paso que dí tuvo una consecuencia y que hoy mi vida es el resultado de todo esto


Hoy siento una gratitud muy profunda, primero que nada a ese NO que me gritó el universo, que me sacó de la zona de confort y de lo común y me hizo salir a vivir, a buscarme la vida.


Gratitud a cada paso, a cada recordar. Me siento una mujer con una vida fértil y creadora y ya nunca olvido a esa fuerza de la naturaleza que me guía y que a veces me dice NO siempre tiene un motivo aunque muchas veces no lo comprenda. Hoy se que puedo confiar plenamente en ella, quién más sino pudo haberme traído hasta aquí. 

Jessica Andrea Malvarosa - Ser humano - Mujer - Madre - Hija - Amante - Amiga

Comentarios

Publicar un comentario